El Arrepentimiento

Introducción

A. Leamos (Lucas.13:3,5) “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”.
B. En estos versículos Jesús nos hace entender y ver que el arrepentimiento es importante y esencial en nuestras vidas.
C. Por esta razón quiero que consideremos y analicemos acerca de este tema.

I. Que es el arrepentimiento?
A. Arrepentimiento = “metanoeo” denota cambio de mente, idea o pensamiento, que lleva a un cambio de vida o actitud.
B. No es simplemente tener fe. Sino que es un acto de fe. (El hombre cambia su mente o forma de pensar acerca de su vida pasada de
pecado y decide vivir para Cristo).
C. Muchas veces el hombre rehúsa cambiar su vida, especialmente si el cambio implica que tiene que dejar algo que le gusta.
D. Para cambiar es necesario reconocer que estamos equivocados y que necesitamos cambiar nuestra mente, y abecés el orgullo no nos deja.

II. El Arrepentimiento era predicado.
A. Juan el Bautista en su mensaje hizo énfasis en el arrepentimiento.
1. (Mateo.3:1-2) “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
2. (v.8) “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”
3. (11) “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”.
B. Jesús al comenzar su ministerio lo primero que predico fue el arrepentimiento.
1.(Mateo.4:17) “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
2. (Marcos.1:14-15)
C. Sus Discípulos predicaban el arrepentimiento. (Marcos.6:12)
D. Jesús comisiono a sus apóstoles a predicar el arrepentimiento.
1. (Lucas.24:37-47) “y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando
desde Jerusalén”.
D. Los apóstoles enseñaron que el arrepentimiento es necesario.
1. (Hechos.2:36-38) “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel,
que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y
Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
2. Los Apóstoles estaban cumpliendo con la comisión de Jesús
3. Estos judíos ya creían en Jesús, pero necesitaban arrepentirse y bautizarse. Aun no eran salvos.
a. Quizás usted este en la misma situación.
4. El arrepentimiento precede al perdón de pecados y a la salvación.

III. Quienes necesitan arrepentirse?
A. Todos somos pecadores, por lo tanto todos debemos arrepentirnos.
1. (Mateo.9:12,13)
B. Dios es grande en misericordia y por esto no quiere que ninguno perezca, sino que procedan al arrepentimiento. (2Pedro.3:9)
1. Perecer: “apolumi” ser destruidos o muertos espiritualmente, perderse.
C. Por esto Dios manda a todos los hombres el arrepentimiento.
1. (Hechos.17:30-31)
D. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados porque Habrá juicio. v.31
1. El temor al juicio de Dios debe ser motivación para el arrepentimiento.(2Corintios.7:8-10)
E. Cuando un pecador se arrepiente hay Gozo en el cielo.(Lucas.15:1-7)

Conclucion:
A. La escritura dice que la fe viene por el oír la palabra de Dios, esta fe nos va a llevar al arrepentimiento, y el arrepentimiento a confesar a Cristo como Hijo de Dios y a obedecer el bautismo Bíblico.
1. Oír + Creer + Arrepentimiento + Confesar + Bautismo = Salvación
B. Y si ya hemos obedecido el evangelio el arrepentimiento no termina allí, siempre debemos orar a Dios, pedir perdón y arrepentirnos de nuestros pecados.
C. Recordemos que el arrepentimiento comienza con la decisión de dejar de pecar y comenzar a seguir al Señor Jesús.
1. Que le impide tomar esta decisión?
2. Le invito a obedecer el evangelio del Señor Jesús.(Hechos.3:19)

¿Qué es el arrepentimiento y cómo se relaciona a la salvación?

El significado de la palabra arrepentimiento ha sido torcido en años recientes hasta el punto que su significado bíblico ha sido oscurecido en la mente de muchos. La idea que el arrepentimiento genuino puede resultar en cualquier cosa menos un cambio de vida es completamente extraña a la Escritura.

¿Qué es lo que la Palabra enseña sobre la relación entre la salvación y el arrepentimiento? Primero, enseña que el arrepentimiento es esencial a la salvación. Uno no puede verdaderamente creer a menos que se haya arrepentido, y uno no puede verdaderamente arrepentirse a menos que haya creído. El arrepentimiento y la fe son dos lados de la misma moneda (pero no son términos sinónimos). Hechos 11:18 y 2 Pedro 3:9 son dos de muchos versículos que enseñan que el arrepentimiento es necesario para la salvación.

Probablemente 2 Timoteo 2:25 da el mejor resumen de la relación entre el arrepentimiento y la fe salvadora cuando dice Pablo “que se arrepienta para conocer la verdad” (también vea Hechos 20:21).

Segundo, la palabra griega para el arrepentimiento (metanoia) quiere decir “tener otra mente”, pero no puede ser apropiadamente definida a excluir un sentido de odio y penitencia del pecado. El concepto bíblico del arrepentimiento implica mucho más que solo un cambio de pensamiento casual. Bíblicamente, una persona que se arrepiente no sigue continuamente en pecado. El arrepentimiento es volver del pecado, y siempre resulta en un cambio de comportamiento (Lucas 3:8). Mientras el duelo por el pecado no es equivalente al arrepentimiento, ciertamente es un elemento del arrepentimiento bíblico (2 Corintios 7:10).

Finalmente, a pesar de lo que se enseña hoy, afirmando que el arrepentimiento y el reconocimiento del señorío de Jesús son necesarios a la salvación no “agrega” algo al requisito de fe para la salvación. No es “fe más arrepentimiento” que salva, pero sino una fe arrepentida. La noción que la salvación es posible aparte de un arrepentimiento genuino y sincero, que incluye un fuerte odio del pecado, es relativamente nuevo, ni creído ni enseñado por la gente de Dios hasta en el siglo veintiuno.